Hanukkah es una festividad judía que dura ocho días y celebra un milagro muy especial.
Hace mucho tiempo, un grupo de judíos llamados los Macabeos lucharon para que su templo sagrado pudiera ser usado de nuevo.
Cuando ganaron, encontraron solo un poco de aceite para encender la menorá (un candelabro), pero ese poquito de aceite duró ocho días, ¡un milagro!
Es importante celebrar Hanukkah porque nos recuerda la valentía de los Macabeos y cómo Dios hizo que el aceite durara más de lo esperado.
Durante Hanukkah, encendemos la menorá, comemos alimentos especiales como los latkes y sufganiot, y pasamos tiempo en familia celebrando la luz y la libertad.
Hace mucho, mucho tiempo, en una tierra llamada Judea, vivía una familia conocida como los macabeos.
El rey de ese tiempo, un hombre muy malo llamado Antíoco, quería obligar a todos los judíos a dejar sus costumbres y seguir las suyas.
Prohibió el estudio de la Torá, cerró el templo en Jerusalén y trató de hacer que todos adoraran a sus dioses.
El pueblo judío estaba muy triste, pero no se rindió. Un hombre llamado Matatías y sus cinco hijos decidieron luchar contra el rey para defender su fe y su libertad.
Su hijo más valiente, Yehudá Macabeo, lideró al pueblo en una batalla muy difícil.
Aunque eran pocos en número, los macabeos confiaban en Dios y lucharon con todo su corazón. ¡Y ganaron la batalla!
Cuando finalmente regresaron a Jerusalén, el Templo estaba en ruinas. Había sido destruido y ensuciado por los enemigos.
Lo primero que hicieron los macabeos fue limpiar y reconstruir el Templo, para que pudieran volver a adorar a Dios en paz.
Pero cuando quisieron encender la Menorá, el candelabro sagrado que debía arder día y noche en el Templo, se dieron cuenta de algo terrible: solo quedaba una pequeña vasija de aceite puro, y solo alcanzaba para un día.
Los macabeos sabían que tardarían ocho días en conseguir más aceite puro. Pero en lugar de rendirse, decidieron encender la Menorá con lo poco que tenían.
Y entonces, ocurrió un milagro. El aceite, que solo debía durar un día, ¡duró ocho días completos! La luz de la Menorá brilló sin apagarse, llenando el Templo de esperanza y alegría.
Este fue un milagro de Dios, mostrando que siempre está con su pueblo, incluso en los momentos más difíciles.
Desde ese día, los judíos celebran Janucá, también conocida como la Fiesta de las Luces.
Durante ocho noches, encendemos la janukiá, un candelabro especial con ocho velas, recordando el milagro del aceite que nunca se apagó.
En Janucá, también jugamos con el dreidel, comemos deliciosos sufganiot (donas) y latkes (tortitas de papa), y compartimos historias de valentía y milagros.
Fin.
🕎✡️🕎✡️🕎✡️🕎✡️🕎✡️🕎✡️🕎✡️🕎✡️🕎✡️
Esta historia de Janucá enseña a los niños sobre el valor, la fe y cómo la luz de la esperanza puede brillar incluso en los tiempos más oscuros.
(Rabina Naomi Saraí)
Usamos cookies para analizar el tráfico del sitio web y optimizar tu experiencia en el sitio. Al aceptar nuestro uso de cookies, tus datos se agruparán con los datos de todos los demás usuarios.